Saquisilí: Ocho Siglos de Historia y un Legado que Perdura

Plaza de la Feria de Saquisilí. Foto tomada de GoRami

En lo profundo de los Andes ecuatorianos, donde la historia se entreteje con el tiempo y la identidad de un pueblo, se alza Saquisilí, el más pequeño de los cantones de la provincia de Cotopaxi. Pero no nos dejemos engañar por su tamaño, pues su legado es inmenso.

La historia de Saquisilí se remonta a tiempos ancestrales, mucho antes de que los incas pisaran estas tierras. Fue un asiento panzaleo, posiblemente un centro de intercambio comercial desde sus inicios. Un lugar de encuentro, de negociación, de sueños que iban y venían entre los valles y las montañas.

Con la llegada del imperio inca, este rincón de los Andes adoptó una nueva identidad. Los conquistadores del sol trajeron su idioma, su cultura y una nueva denominación: Saquisilí, una palabra quechua-aymara que sugiere la acción de dejar o encargar algo. Quizás una premonición del destino de este pueblo, que a lo largo de la historia ha guardado memorias, costumbres y tradiciones como un tesoro que se hereda de generación en generación.

Cientos de mitimaes llegaron del sur con la misión de consolidar el nuevo orden incaico, formando el gran ayllu Hacho, donde la comunidad era el pilar de la vida social y económica. Pero los vientos del cambio nunca cesan, y con la llegada de los españoles, la historia de Saquisilí volvió a transformarse.

El dominio colonial impuso un nuevo sistema. Los ayllus, antes autosuficientes, fueron absorbidos por el modelo de cacicazgo impuesto por la corona española. Los antiguos líderes indígenas se convirtieron en “gobernadores” bajo la tutela hispánica, y las tierras fueron repartidas entre encomenderos y evangelizadores. Sin embargo, la esencia de este pueblo resistió. Las familias indígenas mantuvieron su linaje, sus nombres, su arraigo: Jacho, Pullopaxi, Titusunta, Yanchapaxi, apellidos que aún hoy resuenan en las calles de Saquisilí como un eco de su pasado.

Tras la independencia, Saquisilí enfrentó un largo camino antes de alcanzar su autonomía. Primero, fue parroquia de Latacunga, luego de Pujilí. Durante décadas, sus habitantes lucharon por su reconocimiento como cantón, pero las gestiones parecían infructuosas. Fue solo gracias a la unión de su gente, tanto quienes habitaban la sierra como aquellos que habían emigrado a la costa, que en 1943 el sueño se hizo realidad. El Congreso Nacional reconoció oficialmente a Saquisilí como cantón, marcando así un hito en la historia de Cotopaxi.

Hoy, Saquisilí sigue siendo un punto clave en el corazón del Ecuador. Su mercado es uno de los más importantes del país, y su gente, heredera de siglos de lucha y tradición, sigue escribiendo su historia con cada amanecer.

¿Has visitado Saquisilí alguna vez? ¿Qué es lo que más te ha impresionado de su historia o de su cultura? Déjame tu comentario y conversemos sobre este fascinante rincón del Ecuador.

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